El factoring no sólo financía: también facilita la gestión y administración. Hay comprañías especializadas en ello. La empresa cede el crédito comercial de sus clientes a la compañía de factoring, que será la que gestione el cobro. Así que además de la liquidez inmediata y la eliminación del riesgo, reduce la carga de trabajo administrativo en la empresa.
El contrato de factoring se caracteriza porque debe comprender toda la facturación de la empresa exportadora. De otra forma, la empresa podría ser oportunista y ceder a la compañía de factoring sólo los contratos con riesgo. La desventaja es su alto coste. Pese a todo el 80% de las empresas que lo usan son pymes.
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